¿Votar o no votar en la elección judicial? ¿Es posible defender la democracia en las urnas?

LA VOZ DE JALISCOELECCIÓN JUDICIAL 2025

Mónica Calles Miramontes

¿Votar o no votar en la elección judicial? ¿Es posible defender la democracia en las urnas?

El primero de junio de 2025 se consumará el mayor atentado contra nuestra República. Se materializará la destrucción de la democracia constitucional, llevándonos hacia el mayor retroceso de nuestra historia.

Ese día el Poder Judicial pondrá una rodilla sobre el suelo frente al fuerte y arbitrario.

La reforma judicial nunca tuvo como propósito abatir alguno de los problemas del sistema de justicia; surgió de un desmedido afán de concentración del poder absoluto en un solo partido. Se diseñó para asegurar la subordinación de la única institución que podría limitar el ejercicio abusivo del poder.

Es paradójico y perverso, caminamos hacia la destrucción de la democracia en nombre de la democracia.

Algunas voces consideran que la independencia judicial podría salvarse de la captura del oficialismo si se vota por los perfiles más preparados.

Yo opino distinto. La independencia judicial no podrá salvarse en las urnas.

Explico mis razones:

A. No todo lo que se vota puede llamarse democrático

No todo lo que se somete a voto popular puede llamarse democrático. La democracia es más que salir a votar. Para que exista democracia se requiere de un conjunto de valores, principios, derechos y libertades. Nada de eso hay en esta elección.

Una decisión tomada por mayorías no es democrática, si esta se impone excluyendo a las minorías y violando derechos humanos, como fue con la reforma judicial; que, además, fue implantada desde el desconocimiento y la manipulación.

Las páginas más negras de la historia se han escrito así. La Alemania nazi se instauró por vías “democráticas”. Surgió de la manipulación de un sistema democrático utilizado para destruirse a sí mismo. Se extendió a los ojos de todos bajo una aparente legitimidad.

No, no todo lo que se vota merece el nombre de democracia.

B. ¿Votar por los mejores perfiles salvaría al Poder Judicial?

La reforma judicial no solo impone la elección. Implantó todo un sistema para garantizar la captura del Poder Judicial. Se impuso con tal villanía que, ya no depende de si se vota por A o por B.

La reforma judicial destruyó la profesionalización, estableció límites irracionales a las facultades de los jueces y creó el Tribunal de Disciplina como un instrumento de amenaza permanente a los jueces, para controlar y reprimir cualquier intento de independencia.

Por si esto fuera poco, las candidaturas por las que se podrá votar fueron impuestas por el oficialismo.

Con un diseño así, la captura del Poder Judicial fue asegurada.

La realidad es que, no se dejó en manos de la ciudadanía la posibilidad de elegir si el Poder Judicial quedaría subordinado a ellos o no. Ese era su propósito.

C. No hay una elección auténtica

En esta ocasión no existen condiciones para una elección libre y auténtica. De principio a fin han sido una serie de desaciertos, arbitrariedades y retrocesos democráticos.

En otros artículos y videocolumnas me he permitido explicar cada uno de los puntos que ahora solo podré enunciar (por motivos de espacio):

  • La elección se organizó sin reglas y estas se han ido creando sobre la marcha. No hay certeza para nadie.

  • No ha habido imparcialidad e independencia en las autoridades electorales. La organización de la elección no la ha llevado solo el INE; el Senado y el oficialismo han marcado pauta en todo momento. Y, para variar, tenemos un Tribunal Electoral incompleto y entregado al oficialismo.

  • Sin información, no hay democracia. Hay un profundo desconocimiento de qué hace el Poder Judicial y es así como se elegirá a sus integrantes.

  • Democracia a ciegas. Cada elector tendrá que elegir entre 200 o 300 candidaturas; sin embargo, con las reglas para hacer campaña es imposible que el electorado conozca a los perfiles. La justicia debe ser ciega; la democracia, no.

  • Sin posibilidad de elegir, no hay elección. Hay muchos casos de candidaturas sin contrincantes. En una elección sin opciones el chiste se cuenta solo.

  • Distorsión de la voluntad popular. En las especialidades los errores que presentan las boletas son incontables. De esto no puede resultar un reflejo de la voluntad ciudadana.

  • Sin transparencia y elecciones confiables, no hay democracia. En esta elección no hay garantías de fiabilidad: las boletas sobrantes no se cancelarán, los votos no los contarán nuestros vecinos, no habrá PREP, el cómputo tardará días y no habrá vigilancia ciudadana.

  • Sin garantía de voto universal, no hay democracia. Es la elección más discriminatoria. No votarán los mexicanos en el extranjero ni la personas en prisión preventiva. El INE instalará un número reducido de casillas, sin tener la capacidad de recibir a todos los votantes.

D. El voto no es una opción democrática en esta ocasión

Creo en la democracia, me especializo en la materia electoral. He seguido cada paso de la reforma y la organización de la elección judicial.

Hoy tengo la certeza de que no existen condiciones para un voto libre. Nos han quitado las garantías más elementales de una elección auténtica. Sin ello, el voto cae a un vacío.

Las urnas no pueden salvar la independencia judicial; pero serán utilizadas para legitimar el autoritarismo.

La reivindicación de la República y la democracia tendrán que expresarse en otras formas de participación ciudadana en diversos espacios de la vida pública. Debemos exigir y trabajar en reformar este sistema; solo así podremos ver resurgir a un Poder Judicial independiente.